Educar para gozar en la vida
La
formación como desarrollo en la praxis educativa, es un proceso vital para el
ser humano que lo ha llevado a través del tiempo a evolucionar en la sociedad a
estados cada vez mejores, basado en la enseñanza que es lo substancial de la
pedagogía, esta no solo es el discurso de la
enseñanza sino también en su práctica, donde se parte de la reflexión para
llegar a la acción.
Nombrando y analizando un poco la historia de la pedagogía,
cabe resaltar que desde la época de los griegos donde los conceptos de
educación y pedagogía significaban lo mismo, y cualquier persona ejercía
soberanía sobre el conocimiento de aquellos jóvenes; era indispensable realzar
de forma crítica y fundamentada una castración entre estos dos conceptos, es
allí donde en los siglos XVI y XVII se reflexiona de manera racional y
académica sobre los mismos, y se despliega una reestructuración del
significando, siendo así ya, la pedagogía una forma de reflexión y análisis de
la educación, ya no se ve la pedagogía estática e inamovible, sino que ejerce
cambios y se estructura cada día de mejor manera. Ya en el siglo XIX, nace una
nueva tendencia donde la pedagogía se comprende como una ciencia y existen
claustros especiales llamados universidades para la formación de investigadores
y científicos especialistas en las prácticas docentes y en el proceso de
enseñanza aprendizaje (pedagogía).
Siendo la pedagogía reflexión crítica sobre la educación que
genera acción sobre su método, se tienen
palabras de Velázquez (SF, p. 02) “quien dice que la reflexión y la
sistematización han llegado tardíamente con respecto al hecho educativo, tan
antiguo como el hombre pero se han constituido sobre él, pues la práctica
alimenta a la teoría y la teoría debe devolverse sobre la práctica para enriquecerla”.
Entonces la educación fue primera que la pedagogía y al ser esta última
reflexión práctica sobre la educación, se tiene aquí una diferencia importante
sobre las dos, pues como se expone en este ensayo, la educación
puede o no darse conscientemente, mientras que la pedagogía como la reflexión
siempre es en conciencia.
Una vez conocida la repercusión de la pedagogía a través de
la historia, se puede responder la incógnita en cuestión planteada en el
seminario, ¿Cómo comprende la pedagogía? Es importante resaltar entonces que quienes ejerzamos el maravilloso oficio de
la pedagogía, sepamos apropiarnos de estrategias didácticas que nos permitan
llegar a nuestros estudiantes sin crear espacios que permitan llegar a
desarmonizar el propósito que nos propongamos conseguir con nuestros aprendices.
Las instituciones educativas deben propender
por climas escolares agradables, donde la confianza que brinda el docente
desarrolle en los estudiantes el poder
de la seguridad en sí mismos, una vez alcanzado este elemento, los estudiantes
tendrán la facilidad de expresar sus ideas de manera fácil y coherente que ayudan
a fortalecer el proceso escolar, donde los pilares sean la comunicación
asertiva que conllevan al mejoramiento de la relación del estudiante con sus
pares y maestro – estudiante, ya que la socialización entre diversos agentes
permite la construcción del concomiendo (aprendizaje), tal como lo confirma el
Dr. Alejandro Castro (2010). “el aprendizaje se
“construye” en el marco de las relaciones interpersonales que se establecen en
la escuela. Por lo tanto, no depende únicamente de las características
intrapersonales del alumno o del docente o del contenido a enseñar, sino que
está influido por el tipo de acuerdos que establecen el docente y los alumnos,
por el modo en que se comunican, cómo se implementan los contenidos con
referencia a la realidad de la clase, cómo se tratan (lógica o
psicológicamente) los métodos de enseñanza, entre otros.” Una cosa es que el
niño aprenda con su propia realidad y otra es que el maestro enseñe con su
realidad.
Es
importante mencionar que la educación se relaciona profundamente en su proceso
histórico por la evaluación y la medición de los conocimientos obtenidos
durante el ciclo enseñanza aprendizaje. En el caso colombiano en sus indicios
de evaluación, se empieza a medir los conocimientos mediante diferentes
objetivos que redactaba el profesor de acuerdo a los diferentes ejes que se
trabajaban, pero este elemento se vio afectado por la escases en la medición y
la igualdad entre las diversas formas de pensamiento de los estudiantes, donde
las entidades dedicadas en estos aspectos se vieron en la obligación de
realizar un cambio, aparece la evaluación por logros, donde se media los
diferentes logros que los alumnos alcanzaban o podían alcanzar dependiendo a su
nivel físico y mental; este modelo fracasa y hacen un cambio rotundo, llegando
así, la medición por competencias, este nuevo modelo desarrolla el enfrentamiento
a los diversos problemas que se le pueden presentar a las personas en la
sociedad actual, donde la escuela se convierte en el ente más importante
conjunto con la familia en el desarrollo y desempeño de aquellas competencias;
en este punto el maestro juega su rol más importante dedicando el tiempo
necesario para observar, escuchar, conocer y establecer con los niños una
relación de afecto, de confianza y de seguridad, de tal manera que ellos se
sientan con tranquilidad suficiente para opinar, actuar y jugar de manera
espontanea.
Dentro
del contexto educativo la labor que cumple el docente es fundamental, ya que
permite el transporte de la estructura del conocimiento donde la planeación y
las metodologías utilizadas mediante los recursos didácticos convierten a
la educación y la pedagogía en fundamentos
que le sirven a los niños a despertar diferentes significados y sentidos para
comprender el mundo y asimismo entender en sus sentimientos, deseos, pensamientos
e intenciones. También, hablar de la situación actual de la sociedad y la
familia es un desagrado ya que estos entes que también forman a la juventud
actual, pero se encuentran en un estado de deplorable dejando toda esta
problemática al contexto educativo.
La
escuela como institución y el maestro como agente socializador, enfrenta el
reto de abrir las puertas del siglo XXI, un mundo altamente globalizado,
asistimos a un cambio a nivel mundial en el que para muchos el futuro se
presenta incierto: la violencia, la
exclusión, la falta de valores éticos y morales, la transformación de las
familias actuales, el despojo del rol de los niños, y los hábitos que han
generado costumbres a través de modelos tradicionales, que en nuestra
actualidad se siguen aplicando con las mismas técnicas metodológicas. En este
marco la escuela emerge como una institución abierta a las demandas de su
contexto y con grados crecientes de autonomía, donde el maestro debe apropiarse
de la creatividad y la innovación adoptando diferentes decisiones que transitan
desde el estimular el aprendizaje, hasta la búsqueda de las soluciones ante la
carencia de recursos.
Defendiendo
la postura académica y científica, los docentes deben actualizarse en sus
praxis pedagógicas, generando cambios
que transformen el nivel físico y cognitivo del maestro, para que esto pueda
llevarse a cabo tal como lo demuestra la transposición didáctica hacia los
estudiantes, fundamentados en el conocimiento actual y en la aplicación de
herramientas tecnológicas que despiertan el interés y el agrado óptimo hacia el
proceso de enseñanza, cambiando así, los modelos que por décadas han estado
presentes en nuestra formación, no podemos educar como nos educaron a nosotros,
tal como lo defiende en su escrito el Dr. Rodolfo Sánchez (2010) “Hoy más que nunca se hace necesario
considerar la evolución de la sociedad, así como la función del maestro y de la
educación en general. La preparación profesional del educador reviste una gran
importancia, tanto en la educación básica, que comprende la preescolar, la
primaria y la secundaria; como en la educación media superior (nivel
bachillerato), y en la educación superior (licenciatura y posgrado). En la
actualidad, cuando la sociedad se halla en una constante renovación cultural,
científica, social, política y económica, se hace necesaria la reflexión y el
análisis acerca de la preparación profesional del educador”.
La
escuela contemporánea en la actualidad está saturada por personas instruidas,
pero hace falta personas educadas, esto demuestra que estamos formando de
acuerdo a contenidos dejando aparte la cuestión
ética y moral, ante una crisis que sólo refleja la degradación de normas
y valores siendo ignorantes en su significado, ¿pero hasta qué punto la
competencia ciudadana que es fundamental en el desarrollo social? esta no es la
idea de la educación de calidad y de la formación integral, Por un lado la
escuela busca formar seres autónomos, críticos y reflexivos, pero, por otro
lado, repite el modelo moderno de educación. En general, la escuela sigue
siendo reproductora.
También
podemos decir que en esta realidad encontramos excepciones, hay docentes que
realmente procuran el cambio, el debate y el cuestionamiento en el aula.
Esperamos que estas excepciones se multipliquen para lograr un verdadero
cambio.
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